Lorca y La Literatura del 27 (1 de 2)

La literatura del 27, entre tradición y vanguardia

España, años 20, en todas las artes se produce una (nueva) profunda renovación resultado de fenómenos sociales y culturales de amplia repercusión. Le llamemos Generación del 27, de la Amistad o de la República, el caso es que existe una similitud de principios estéticos y de intenciones políticas y sociales, por más que se reconozca una pluralidad en fórmulas estéticas individuales.

Por ello, el rasgo más característico es una síntesis: entre el culto a la tradición y su ruptura por los movimientos de vanguardia. Ahora bien, hay un respeto por las normas clásicas pero también por su superación mediante la búsqueda de nuevas fórmulas artísticas. Esto no es una novedad en la historia del arte pero en España ocurrió en poco, en muy poco tiempo. Y esta generación no luchó con la anterior, es más, estudió a los clásicos del Siglo de Oro. Reivindicaron a los clásicos áureos: Góngora, Garcilaso, San Juan de la Cruz, Cervantes o Quevedo.

Lo hicieron siguiendo los postulados del Instituto Libre de Enseñanza.

Y Lorca también ofreció esa síntesis entre Tradición y Vanguardia.

(Breve)Trayectoria personal y literaria de Federico García Lorca

Lorca nació en 1898 en Fuente Vaqueros, Granada. Provenía de una familia terrateniente de buena posición económica pero a su vez de ideología progresista. El padre político, la madre maestra, el poeta pasó una infancia en un ambiente comprensivo y acogedor mudándose a los pocos años a la capital. Allí no pasó desapercibido por sus compañeros de escuela, que se burlaban tanto de su condición sexual como de sus costumbres pueblerinas. Sin embargo comprendió la naturaleza de estas personas y de esa ciudad. Se tuvo que ir amoldando. No se amilanó. Todo lo expresó en sus obras de arte.

Primero probó con la música pero el fallecimiento de su profesor le causó gran dolor y abandonó los estudios (pero siguió vinculada a ella de una u otra manera). Y, claro está, lo que hizo fue seguir formándose en la Universidad de Granada de Filosofía y Letras. Allí, y gracias también a las excursiones, fue cuando sintió la necesidad de lo literario. Fue la época de su libro de prosas Impresiones y paisajes, de 1918.

Fernando de los Ríos también tuvo mucho que ver en las ideas progresistas del joven poeta, en línea con la manera de entender la vida que inspiraba el Instituto Libre de Enseñanza, por la manera que tenía dicha institución de entender el universo: como unidad orgánica, desde las estrellas a los insectos. De ahí el panteísmo en la obra de Lorca, de ahí la empatía con todos los seres.

7 años de formación en la Residencia de Estudiantes de Madrid (1919-1926), 7 años rodeándose de jóvenes promesas, fueron años de consolidación artística. En 1921 publicó Libro de Poemas, a lo que seguiría la obra El maleficio de la mariposa, Suites (inédito hasta 1981) y una primera versión de Poema del cante jondo, que publicaría en 1931. Como se aprecia no olvidó la música, y en parte gracias a Lorca, el flamenco, de considerarse un arte de prostíbulos pasó a ser sinónimo de expresión artística del pueblo, pero uno elevado a un rango culto, y mucho tuvo que ver Lorca, que colaboró con Manuel de Falla en la organización del Concurso del Cante Jondo en la Alhambra.

La Poesía Lorquiana (Aspectos generales)

Problemas textuales

Problemas, sí, pues el autor falleció por causas políticas (asesinado) y muchos de sus escritos quedaron inéditos (prohibidos) y libros anunciados nunca llegaron a realizarse. Otro “problema” fue que Lorca acostumbraba a regalar originales, sin guardar copia, o de publicar distintas versiones en revistas, y es que él prefirió que su divulgación fuese oral, de ahí la frecuencia de conferencias sobre su propia poesía (Romancero gitano, Poeta en Nueva York). Ahora bien, Lorca no era caótico. Sabía que su obra debía tener cierta unidad estructural. Así, Poema del cante jondo cuenta con un poema introductorio, ocho secciones con título y dedicatoria, una escena más un dibujo. El resto de las obras también quedan organizadas y todas cuentan con su unidad estilística o temática.

El universo poético

Esa unidad o temática es su universo, los motores son los elementos folclóricos. Lorca causó impacto no sólo por cómo murió. Él escribía sobre la mente, sobre creencias espirituales. Sobre la relación entre sangre-fecundidad-muerte, los valores de la luna, la fascinación ritual por el cuchillo, etc. Además, Lorca se formó. No fue sólo intuitivo como se suele apuntar. Tuvo una enorme formación, primero autodidacta (sus padres le abrieron una cuenta en una librería y un joven Lorca pudo adquirir lo que más le interesaba) después en el Instituto Libre de Enseñanza.

Y, dentro de este universo-lorquiano, se estudian los siguientes temas nucleares:

1- La frustración. Ya sea de forma individual o colectiva, denuncia el orden social (Poeta en Nueva York) y se angustia por el paso del tiempo, por la muerte, por el amor…

2- El amor. Lorca lo concibe como una dimensión cósmica. Su pansexualismo diluye la oposición heterosexual/homosexual. Y, cuando habla de oscuro, este adjetivo no es sinónimo de homosexual sino a la naturaleza de todo amor pues éste lleva al alma a la pasión y a la pérdida de la claridad.

3- La esterilidad y la infancia. Para Lorca son la misma cara. Lo estéril, en su obra, puede relacionarse con el amor homosexual pero también a la mujer que ve imposible realizarse en una sociedad que la oprime.

4- La muerte. Se concibe como asesinato y vinculada al amor. Otro gran poeta como Pedro Salinas mantuvo que Lorca, sobre todo en Romancero gitano y Poeta en Nueva York, siente la vida por vía de la muerte. El amor es un anticipo a la muerte.

5- Represión e Injusticia. En las mismas obras se manifiesta a su vez una conciencia de solidaridad. Pero se estudia que esto queda lejos de una poesía social-realista. Las bases hay que buscarlas en la filosofía krausista, inspiradora de la Institución Libre de Enseñanza.

Lenguaje poético

Tuvo su lenguaje y se sabe que fue el suyo. Eso es un éxito para cualquier persona que se dedica a la poesía. Ahora bien, en ocasiones crea problemas cómo interpretar dicho lenguaje. No por abstracto, que no lo fue, sino porque se confunde con lo surreal e irracional. Y tampoco lo fue. El lenguaje poético era propio y el empleo de la metáfora y de la imagen como procedimiento conector de planos y campos semánticos múltiples confunde a cualquier estudiante. Pero es que Lorca bebió mucho de los clásicos, estudió a los barrocos, a Góngora, y esto le aleja del surrealismo.

Ejemplos:

La luna, en muchas obras, puede simbolizar la muerte pero en otros puede hablar de fecundidad, erotismo.

Agua, por su parte, si corre es vida pero estancada es muerte, putrefacción.

Sangre es sinónimo de vida y de sexualidad pero si se derrama conduce a la muerte.

El caballo y sus jinetes (la autoridad) portan la muerte en Romancero gitano pero también puede simbolizar la sexualidad masculina. La muerte puede intuirse cuando se habla de metales, pues éstos suelen ser armas blancas.

Pero más hermetismo, mayor dificultad interpretativa, se da en obras de apariencia sencilla, y como en Darío o en Machado, no son versos simples sino que de fondo hay pulimento y corrección. Así, cuando se habla de juegos, bromas, lenguajes infantiles, estos ejemplos cubren sufrimientos, angustia y soledad existencial. Y Lorca lo sintió desde bien joven. Estas características responden a los estudios del poeta de los romanceros populares, de los cancioneros renacentistas y de conferencias (La imagen poética de Luis de Góngora).

Del Modernismo al neo-popularismo (De libro de poemas a Romancero gitano)

Antes de entrar de lleno en Poeta en Nueva York, los siguientes apuntes de este blog, hay que apuntar que la poesía de Lorca no se divide en etapas progresivas aunque, eso sí, se pueda dividir una cronología poética. Es decir: los libros del poeta no son mundos cerrados sino que tienen una conexión con el resto (con los suyos y con muchos de sus colegas). Así, Primeras canciones, de 1936, debemos relacionarlo con aquellos escritos de los años 20 (Canciones y Poemas del cante jondo).

Ahora bien, otra cosa son los estilos que trató pues se formó con los modernistas (Darío, Jiménez…). Sin embargo, desde un principio, él tiró por uno más intimista, por uno de corte simbolista, como también hiciera Machado. Es más, Poemas del cante jondo es sinónimo de la esencia del alma trágica de Andalucía, su tierra, y tragedia porque contiene sangre, destino, muerte… y todo, como ya se ha apuntado, estilizado, depurado. Todo esto anuncia Romancero gitano, que renovó la tradición, y fue la madurez de su obra poética. Fue una síntesis de las tradiciones populares y cultas de la poesía española.

En Romancero gitano se aprecia un equilibrio entre personajes y situaciones de todos los tiempos. En esta obra se crea un mundo poético donde tiene cabida una roma andaluza, el mundo arábigo, santos católicos, gitanos, guardias civiles…aparecen bandoleros, represiones, abusos de la autoridad…y se desatan las pasiones: la fatalidad, el crimen, la sangre. El erotismo y la muerte: Federico García Lorca.

Un poeta en Nueva York

1928-1929. Lorca decide darle un cambio a todo. No quiso encasillarse. Tampoco quiso tener que vivir en un país como España, anclado en el pasado. Ahora bien, Nueva York, por muy moderna y atrevida, como él mismo dijo, acrecentó sus catástrofes emocionales. Lo hizo porque en su estancia tuvo que vivir el crash bursátil. Sus consecuencias. De ahí que en esta obra Lorca hable de una ciudad opresora, inhumana. De una sociedad mecanicista y antinatural, que margina al que menos tiene. Lorca se sintió desterrado y alienado en Nueva York. ¿Pero fue sólo la ciudad la que inspiró todo esos versos o él mismo ya vino tocado? Lorca quiso dejar atrás una vida llena de desastres amorosos y luchaba consigo mimo, no sólo por ser homosexual en un país de costumbres católicas sino porque él provenía de una familia acomodada, vivía como un burgués, aunque en su conciencia siempre estuvo la conciencia social. De ahí que esta obra ni sea surrealista ni sea una oda a algo en concreto. Lo que no se puede negar es que en ella se muestre una crudeza, un fondo oscuro pleno de degradación, desamor y soledad. No es surrealista. En todo caso podemos hablar de expresionismo, como el alemán de esos mismos años. Esa sería, en todo caso, la vanguardia que Lorca siguió.

Otra cuestión, y según el crítico Derek Harris, es que se aprecie surrealismo. Un ejemplo: en Paisaje de la multitud que vomita identifica un léxico arbitrario, todo le sugiere a Harris algo ilógico, como si fuera por un impulso, automático. En las puertas de pedernal donde se pudren nublos y postres el crítico aprecia una aliteración de /p/ exagerada. Harris cree que se debió al uso de esta característica surrealista, la escritura automática.

Y, sea o no sea surrealista, Poeta en Nueva York ha sido objeto de debate y ha mantenido su vigencia desde entonces. Todos los elementos que se aprecien, que se estudien, llevan a lo mismo: a la ruptura con los moldes clásicos y las fórmulas del neo-popularismo.

Regreso al equilibrio (Diván del Tamarit y Sonetos de amor)

1931, regreso a España. Pero no publica Poeta en Nueva York. Considera que no era buen momento, que no se iba a aceptar. También quedan inéditos textos teatrales como El público, Así que pasen cinco años y Comedia sin título. Es la época de Diván del Tamarit, donde se aprecia esa síntesis entre lo tradicional y lo vanguardista.  Y, aunque se muestre la pasión amorosa y la angustia de la muerte, hay menos retórica, menos hermetismo. El amor es tomado como algo genérico, como algo personal y está ambientado en Granada. No se estudia como una imitación a los poemas árabes, ni en métrica ni en estilo. Sigue usando las mismas métricas con verso libre. Se aprecia, pero abundan, los metros tradicionales españoles. Así, lo arábigo-andaluz sería un marco que encierra un libro personal.

En Sonetos de amor se estudia una influencia de Shakespeare y Petrarca pero no se aprecia espiritualismo. En Lorca hay erotismo y hay mucha crítica a la represión del amor homosexual. Y lo hizo al más puro estilo del Siglo de Oro, con una alta calidad en sus metáforas

Bibliografía consultada

Lorente Medina, A./Neira Jiménez, J.: Federico García Lorca y la literatura del 27: entre la tradición y la vanguardia. Doce escritores contemporáneos. Editorial Universitaria Ramón Areces, UNED, Madrid, 2017. pp. 157-193.

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