Arquitectura: la construcción en piedra, barro y madera

Detalle de la Mezquita construida en tapial de Djenne, Mali © Milan Brown

La arquitectura se estudia como el arte de concebir edificios duraderos, y no sólo con un fin utilitario sino también estético. Ya en el siglo I a.C. el arquitecto, ingeniero y tratadista romano Marco Vitruvio fijó las tres condiciones básicas de la arquitectura: resistencia, funcionalidad y estética.

Para construir se necesitan materiales (estos dependen de las posibilidades de extracción y transporte) y conocimientos de técnicas de colocación. Dichos materiales forman dos conjuntos: los que se trabajan a compresión (aplastamiento), como la piedra, el barro, los conglomerados y los hormigones, y los que se trabajan a flexión, como la madera o el acero. Por otra parte, el uso y la combinación de dichos grupos ha sido una constante en el desarrollo de la arquitectura. Así tenemos una evolución histórica, desde la tradicional, llamada etapa pre-industrial, hasta la más moderna, conocida como arquitectura de los nuevos materiales (hierro fundido, cristal, acero y hormigones con base en combinados de cemento).

La construcción en piedra

Su abundancia y variedad convierten a la piedra en uno de los materiales más utilizados. Estas rocas naturales se clasifican en eruptivas, sedimentarias y metamórficas. Dentro de las eruptivas encontramos dos grandes divisiones: plutónicas y volcánicas. Del primer grupo, para la construcción, destacan la sienita, la diorita, el gabro y el granito, pues son materiales resistentes y admiten talla y pulido. El último, el granito, destaca entre el resto, no sólo por ser más abundante sino también por su apariencia cristalina. Sus componentes esenciales son el cuarzo, la ortosa y la biotita.

Columna egipcia de piedra de granito

De las rocas sedimentarias citamos las areniscas, formadas por granos de cuarzo. Se trata de un material fácil de labrar y tallar, es decir, que se deja decorar, tanto que se muestra en las portadas, aleros o canecillos de numerosas arquitecturas (sobre todo las religiosas en época medieval).

Fachada de iglesia románica de piedra arenisca rojiza, Soria

También se mencionan las calizas, como el famoso travertino, empleado para las decoraciones. Por último las metamórficas, de origen termomecánico o termoquímico. Así tenemos el gneis: granito metamorfoseado.

La serpentina: procede del olivino (con especial uso en la decoración).

La pizarra: empleado como material de cubierta.

La cuarcita: procede de la metamorfosis de la arenisca.

El mármol: procede de las recristalizaciones de las dolomías y de las calizas, y es el material más deseado por su belleza, y es que viste numerosas obras maestras de la arquitectura.

Muros románicos de sillería con marcas de los canteros
Palacio de muros de piedra caliza y columna de mármol (Peñaranda de Duero)

Todos estos materiales se han utilizado a lo largo de la historia. El dolmen fue quizá el primer paso. De todos modos, los ejemplos más antiguos se distinguen por ser construcciones muy básicas: casas y cercas para guardar el ganado con muros realizados a base de piedras (recogidas y colocadas directamente del lugar), sin morteros ni intermedios, colocando dicho material a hueso.

-Conglomerantes de la piedra

Los primeros morteros conglomerantes de la piedra fueron el barro, el limo del río Nilo, el yeso común y la cal aérea. El barro, al mezclarse con agua, adquiere tal cohesión al secar, más todavía a medida que pasa el tiempo, que lo convierte en duradero. Su abundancia no hace otra cosa que convertirlo en el más universal. En Egipto tenemos el mencionado limo y el yeso común, conglomerante obtenido por deshidratación del aljez (roca sedimentaria), y en Grecia la cal aérea, utilizada en morteros de cal y arena. Se obtiene por la calcinación de cal viva, y su dureza la convierte en otro material muy empleado.

Conglomerante de limo en la pirámide escalonada de Zoser, Egipto

-Mampostería y Sillería

La piedra natural, colocada sin elaboración previa, de forma irregular y de un tamaño que permite su colocación a mano, se considera mampuesto. Los mampuestos más pequeños, aquellos que sirven para calzar los de mayor tamaño, se les conoce como ripio.

Sillarejo con ripio de piedra

Se estudian dos tipos de mampostería: la careada y la concertada. La primera se refiere a la parte del muro que va a quedar a la vista y la segunda a la que se ha trabajado de una forma simple las juntas para el encaje.

El sillar por su parte es una pieza de piedra de grandes dimensiones tallada en todas sus caras, y el sillarejo una piedra intermedia entre el mampuesto y el sillar. El sillar precisa de técnicas de extracción, ya sea a cielo abierto o en trincheras o minas.

Así, y una vez abierto el frente de la cantera, comienza el arranque a pecho o de frente de la siguiente manera: se introducen en las grietas de las rocas cuñas de madera mojada, para que así aumenten su volumen y hagan saltar los bloques de piedra.

Muro de mampostería careada de la torre del homenaje del castillo de Berlanga de Duero, Soria

También se puede hacer a tumbo, es decir, excavando en la base de las cavidades para que, por su propio peso, se desprendan las masas de piedra.

La construcción en barro

Las construcciones en barro son una evolución de las primitivas chozas de ramas y tierra. Son los materiales vegetales los empleados por el ser humano, entretejidos, aquellos que forman estructuras rígidas, capaces de cubrir (de dar cobijo y seguridad) sus hogares y talleres. Dejan de hacerlo sobre el suelo, son cubiertas sobre estructuras verticales, por lo tanto estamos ante paredes formadas por entramados de postes de madera recubiertos de barro. ¿Cómo lo hacían? Primero fijaban una empalizada sobre el suelo y sobre ella las vigas del soporte de la cubierta. Seguidamente cubrían el lugar ya fuese con ramas, paja, heno, hojas de palma, brezo, bambú, etc., entretejidos sobre las vigas portantes. Finalmente endurecían las paredes con barro, así las lucían con una mezcla de arcilla y agua, obteniendo un muro impermeable.

Cabaña de barro

-Adobe y Tapial

El adobe se considera un ladrillo crudo oreado y secado al sol. Este ladrillo que no se cuece se fabrica en las llamadas balsas, amasando el barro con paja triturada o con cal, arena, estiércol, etc., El tapial se trata de un conglomerado monolítico compuesto por tierras arenosas, arcilla y agua construido sobre un zócalo generalmente de piedra empleando moldes donde se apisona el barro. ¿Dónde encontrar este tipo de construcciones? Por todo el Oriente Próximo, el norte de África, España…son técnicas universales e inmemoriales.

-El Ladrillo

Es llamada piedra artificial formada de barro, y se considera el último paso en la evolución de los materiales del barro, dando lugar a materiales cerámicos. Se produce por el endurecimiento de mezclas arcillosas a través de su cocción. Su origen es remoto, aunque existen muestras del Neolítico, siendo empleado en las zonas mesopotámicas y egipcias. Abundaban construcciones en ladrillo en aquellas zonas carentes de piedra. Y es este material, el ladrillo, el más utilizado en la construcción. No sólo por su enorme variedad de formas y colores, sino también por su resistencia, su densidad, su facilidad de manejo, su capacidad aislante (tanto térmica como acústica) y su bajo coste de fabricación, entre numerosos motivos. Su universalidad responde a estas características, incluso es el material estrella dentro de un estilo arquitectónico singular: el Mudéjar.

El hormigón romano

Los romanos comenzaron a emplear este hormigón primitivo desde al menos el siglo III a.C. Pero no es hormigón ni cemento, al menos no como lo conocemos actualmente, y se debería mencionar argamasa romana, opus caementicium. Este material está compuesto por un mortero de cal cuya arena era volcánica y por elementos pétreos, la caementa, que al fraguar era lo suficientemente resistente como para ser un material de construcción por sí mismo. Todo valía para formar dicha caementa, pero en ocasiones seleccionaban los materiales para jugar con los pesos, como hicieron en la bóveda del Panteón de Roma, es decir, que en este famoso templo emplearon el basalto volcánico para las zarpas (la banqueta)  y la piedra pómez en la clave de la cúpula.

Bóveda de cañón, frigidarium de las termas de Pompeya, opus caementicium

Distintos tipos de opus empelaron para revestir los núcleos internos del hormigón, así tenemos el opus quadratum, que a base de grandes bloques de piedra creaban falsos muros. Pensando en aligerar sus construcciones emplearon el opus incertum (mampostería de sillarejo), opus testaceum o lateritium (mampostería de ladrillo) y opus reticulatum (mampsotería regular reticulada), ésta formada por bloques de piedra con forma piramidal cuya punta se hundía en la argamasa. Si el opus reticulatum contaba con ladrillos pasaba a denominarse opus mixtum.

Opus incertum y Opus reticulatum

-La argamasa romana fue una revolución dentro de la historia de la arquitectura debido a su bajo coste. Por si esto fuera poco, ahorraba además dinero, y es que ya no necesitarían realizar las costosas techumbres de madera pues las sustituían por bóvedas. Poco a poco la argamasa pasó de ser un mero relleno a un material preponderante en teatros, termas, anfiteatros, etc., además de servir para realizar puentes o acueductos. Este hormigón romano terminó construyendo todo tipo de edifico.

Puente romano sobre el río Tajo, Alcántara, provincia de Cáceres (España) © Dantla

La construcción en madera

Fácil de trabajar, resistente, buen aislante, abundante y considerado de gran belleza. Lo tiene todo para ser un material indispensable en la historia. Es además un material que se trabaja a flexión (uno de los pocos de la naturaleza) así que es un material muy empleado para estructuras horizontales.

Resistente, sí, pero no todas son igual de duras:

Más sólidas: boj, encina y roble.

Menos duras: ébano, haya y olivo.

Dureza media: acacia, alerce, aliso, caoba, castaño, cedro, cerezo, fresno, nogal, olmo, peral y pino.

Blandas: abedul, abeto, avellano, ciprés y chopo, entre otros ejemplos.

cubierta adintelada de vigas y tabla, mezquita de Kiva, Uzbekistan

La madera es un material higroscópico, por lo tanto propenso a absorber y ceder humedades. ¿Qué ocurre? Puede deformarse. Por otro lado se trata de un material  que aguanta las inclemencias del tiempo, y, al ser orgánico, hay que cuidarlo. Si se pretende que sea duradero aquello que se edifica se debe conservar en ambientes homogéneos, aunque es cierto que ellos también cuidan de sí mismos, como los cedros o cipreses, que cuentan con resinas larvicidas, capaces de resistir al ataque de hongos e insectos.

Ensamblaje de vigas

Así, la madera ha servido para construir numerosos ejemplos, y también ha ayudado a edificarlos, ya sea formando andamios, vigas de forjados, encofrados para bóvedas y arcos, o como diversas estructuras (horizontal, de cubiertas). En el apartado anterior sobre construcción en barro ya hemos visto características del empleo de la madera en edificaciones primitivas, y estas técnicas evolucionan, como la parhilera, es decir, resultante del empleo de una estructura vertical sobre el que se apoyan vigas horizontales. Es sobre esta estructura principal donde se monta una cubierta, a base de pares inclinados, que se recogen por una madera que hace de cumbrera, la parhilera.

armadura de par y nudillo

Los metales facilitan el trabajo de la madera, y en Grecia ya vemos la carpintería de armar y diversas herramientas. Comienzan los entramados y las cubiertas.

Partes de una cubierta
Partes de una cubierta

Cubierta a la molinera: se utiliza para pequeñas luces, se forma con palos o correas en dirección perpendicular a la pendiente, apoyadas en muros piñones sobre una pieza continuada de madera.

cubierta  a la molinera, Fuentelencina, Guadalajara

De par y picadero: viga de madera apoyada en sus extremos y sobre las que descansan las vigas inclinadas.

doble pendolón

Cerchas o Cuchillos: son elementos estructurales formado por piezas inclinadas, los pares, y otra horizontal, el tirante, que completa la triangulación del conjunto. Estas cerchas darán forma a los famosos frontones clásicos, y las puntas de las vigas y tirante conformarán los triglifos y metopas. Grecia enseña a Roma, aunque ésta lo hace más complejo el conocimiento incorporando correas y emplear el bronce en los tirantes.

Partes de una cubierta
Partes de una cubierta

Lo clásico se imitará a lo largo de la historia de la construcción. Un caso a tener en cuenta son las técnicas de los constructores noruegos, que con troncos, embellecen templos en el este y norte de Europa desde el siglo XI. Son troncos con entramados verticales, decorados con más madera.

Finalizamos con China, que emplea la madera desde antiguo en sus construcciones. Madera dominante por encima de la piedra y el ladrillo, ellos utilizan un método conocido como dougong, consistente en ensamblar piezas. Sus formas muestran pirámides invertidas apoyadas en pilares. Sus aleros son salientes y sus puntas miran al cielo.

Ensamblaje chino, dougong
Ensamblaje chino, dougong

-El entramado

Es una evolución en las técnicas, los pilares verticales en varias plantas se combinan con vigas horizontales, pares de cubierta inclinadas, todo bien sujeto (arriostrado) por elementos horizontales e inclinados, rectos con formas, suponen una enorme diversidad y por tanto evolución. Ejemplos de entramados, de casas de agricultores y pescadores con la técnica, se encuentran por toda Europa. Casos muy famosos los tenemos en Bretaña y País Vasco. Curiosas son aquellas que como relleno de los espacios entre maderas de la fachada se encuentren adobe, ladrillo o entablados, como sorprenden las cubiertas, de piedra, pizarra, turba, brezo…

Bibliografía Consultada

(2011) ALEGRE CARVAJAL, E., Construcción, materiales y condiciones ambientales. Técnicas y medios artísticos (segunda edición). UNED, Madrid

(2003) CALZADA ECHEVERRIA, A., Diccionario clásico de Arquitectura y Bellas Artes. Ediciones del Serbal, Barcelona

(2008) FATÁS, G.& BORRÁS, G., Diccionario de términos de arte. Alianza Editorial, Madrid

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