Si en el prerrománico se ensaya, en el románico se muestra la conexión y la coordinación de un nuevo sistema constructivo. Es decir: el románico es un estilo unitario pero unos beben de fuentes romanas y orientales y otros de la arquitectura romana más septentrional e incluso de los normandos, que iban por otros derroteros.
Pero, ¿por qué se conoce como Románico? Románico proviene de la voz francesa Roman, traducida al castellano como romance. Por lo tanto, es un término que hace uso a una lengua, al romance, que fue una evolución del latín, idioma oficial del Imperio Romano. Son estos romances los hablados en España, Francia, Italia…países donde surge la nueva arquitectura. Se habla entonces por analogía, es decir, si el romance sustituye al latín, el arte románico lo hace al romano. Y, aunque sea un estilo que cuente con rasgos comunes también cuenta con localismos, y estos localismos se centran en la decoración, en su simbología. Por otra parte, lo que es fija, inamovible, es su cronología: se inicia a comienzos del siglo XI y finaliza a principios del siglo XIII.
Otra pregunta: ¿por qué se inicia? En los distintos apuntes sobre arte prerrománico se explica los tejemanejes políticos de los carolingios, y junto a estos datos hay que tener en cuenta tanto la creación de varias hermandades religiosas (como los benedictinos de Cluny, Francia) como el terror al año 1000. Estos dos factores impulsaron la creación de rutas espirituales a distintas zonas europeas y por lo tanto numerosos templos, monasterios y hospitales.
Europa se mueve en un feudalismo donde dominan Clero y Nobleza, con una sociedad generalmente rural que vive del campo y del «turismo sacro» (toda gran zona contaba con reliquias). Así, Francia, Alemania o Italia («España» va poco a poco «reconquistando» territorios) cuenta con un sistema constructivo unitario, donde predomina el religioso. Es más, no hay que olvidar que la iglesia fue el centro de toda urbe: allí se rezaba, se vendía y compraba, incluso se juzgaba.
Elementos arquitectónicos esenciales: características de la arquitectura románica
El arco de medio punto, las bóvedas de cañón y arista, el pilar y la columna, los contrafuertes…todo esto ya se conocía y se aplicaba sin problema desde la antigüedad. Lo que les une entonces es el deseo de solidez, de monumentalidad, y no sólo arquitectónico, también social. Así emplearon bóvedas, que además sustituyeron por las cubiertas de madera, evitando el riesgo de incendios. Estas bóvedas de piedra, resistentes al fuego, las vemos sobre gruesos muros y pilares con columnas adosadas. La bóveda de cañón, semicilíndrica, se encontrará reforzada por arcos fajones, que son los que dividen en tramos la bóveda y que descargan su peso sobre los pilares.
Éstos, a su vez, estarán enlazados por arcos paralelos al eje longitudinal de la nave, y son los que se conocen como arcos formeros. Por otra parte, la bóveda de arista se origina por la intersección de dos de cañón. Y, por último, sobre los cubrimientos, hay que hablar del crucero, que se encontrará cubierto por una cúpula. Pero una cúpula en el crucero necesita de pechinas, aquellos triángulos curvos característicos de la arquitectura bizantina que trasforman una planta cuadrada en otra octogonal.
Los muros ocupan gran parte del templo y aunque en ellos se abran ventanas, éstas se nos muestran en un número reducido y son de escaso tamaño. Sus ventanas forman arcos de medio punto que van decreciendo en tamaño y son conocidas como abocinadas (son interiores oscuros, que incitan al recogimiento). La planta generalmente es basilical con esquema en cruz latina y con varias naves longitudinales, la central de mayor altura y anchura que las laterales.
En la cabecera nos encontraremos con ábsides semicirculares, y aquellas iglesias que guarden reliquias contaran además con deambulatorio o girola, surgiendo las capillas radiales, es decir, los absidiolos. Para terminar sobre los elementos sostenidos mencionamos la tribuna, es decir, una galería que se encuentra sobre las naves laterales con ventanas que dan a la nave central. También se puede conocer como triforio o andito, pero sólo si la galería se transforma en un angosto pasadizo.
Profundizando un poco más sobre los elementos sustentantes, en el grueso muro de los templos juega un papel importante el contrafuerte, que contrarresta en el exterior el empuje de la bóveda de cañón y los arcos. Y, si la columna en el románico no responde a los patrones clásicos de proporción, es decir, que su fuste no es troncocónico sino cilíndrico (con basa y plinto), el pilar es todavía mucho más robusto. Sí, el pilar es un elemento clave para soportar el peso de los arcos fajones y formeros. El capitel, por su parte, evoluciona, y lo tenemos desde el cúbico al historiado.
En el exterior del templo románico no sólo vemos contrafuertes, también se muestran impostas, es decir, o bien veremos una hilada de sillares con molduras o bien frisos, que corresponden con la altura interior de las cubiertas. Estos muros que vemos desde el exterior presentan, sobre todo en en el norte de Italia y en Cataluña, las famosas bandas lombardas (pilastras alargadas unidas por arquillos ciegos en su parte superior y apoyadas sobre un zócalo en la inferior).
Seguimos en el exterior, y vemos sus puertas de acceso, ubicadas en los brazos del crucero y a los pies de la iglesia, en la principal, orientada al oeste, apreciamos que siguen el esquema de las ventanas, es decir, que estas puertas se encuentran abocinadas, y lo están por las arquivoltas, esos arcos decrecientes rehundidos progresivamente (de hecho, la ventana románica es una miniatura de la puerta). Estas arquivoltas están sostenidas por columnas adosadas al muro, y si es muy ancho el dintel se verá reforzado por un parteluz. Sobre el dintel veremos un tímpano semicircular, al que no le faltará su relieve, mostrando generalmente un Cristo Juez.
Toda esta decoración, esta escultura a base de temática histórica, vegetal, animal y geométrica, se analizará en distintos apuntes sobre el arte románico.
Para comprender mejor la terminología y el contexto histórico se recomienda consultar los siguientes enlaces
Introducción a la arquitectura mozárabe
El siguiente sistema constructivo en la Edad Media fue el conocido como arquitectura gótica y las características principales se muestran en el siguiente enlace
Bibliografía Consultada
(2011) GONZÁLEZ VICARIO, M.T., El arte románico, introducción y arquitectura. La arquitectura: características generales del nuevo sistema constructivo. UNED, Madrid
(1994) VV.AA. El arte románico. Historia del arte. Editorial Nerea, Madrid.
(2012) KLUCKERT, E., Arquitectura de las construcciones sacras románicas. Toman R., (Coordinador) El Románico. H.F. Ullmann. Postdam.